La aparición del COVID-19 vino a acelerar la velocidad con la que se mueve el mundo, convirtiendo la capacidad de adaptación en una característica vital para la sobrevivencia. Cada día las organizaciones deben enfrentarse a nuevas oportunidades y amenazas que pueden impactar en sus resultados; ahora conforme la pandemia entra en una etapa de madurez y el mercado comienza a reactivarse, nos encontramos con un mundo nuevo y cambiado en el que muchas de las empresas actuales no podrán sobrevivir si no cambian.
La reestructuración consiste en el proceso de cambio que las organizaciones deben experimentar para transformarse y adaptarse a un nuevo modelo empresarial que les permita mantener y elevar sus niveles de competitividad en un mercado que cambia con rapidez. Durante los próximos meses veremos muchas empresas que tendrán que reestructurarse o morirán, ya sea porque su estructura financiera o de costos se vea castigada, porque deba reaccionar a la agresividad del cambiante mercado, o porque deba enfrentarse a los acelerados cambios tecnológicos.
Pero, también la forma o el proceso de reestructuración ha cambiado; todos los procesos de reestructuración implementados en el pasado, se llevaron a la práctica bajo premisas totalmente distintas a las que hoy enfrentamos, así que no solo debemos pensar en las modificaciones o alteraciones que implementaremos en nuestras estructuras, sino también en la forma como lo haremos, de manera que los cambios puedan hacerse rápidamente, no se pierda la esencia del negocio, no se afecte el músculo, ni se ponga en riesgo el futuro de la organización.
Hoy en día, que el mundo camina hacia la REDARQUÍA (modelo organizativo basado en las redes de colaboración), y la ADHOCRACIA (ausencia de jerarquías), valdría la pena tomarse un respiro y ver que tan jerárquica, burocrática y rígida es nuestra organización y pensar si con la estructura actual seremos capaces de sobrevivir en nuevo mundo “normal”.
Nuestros estudios individuales y de redes de liderazgo e influencia, pueden ayudarte a erigir los cimientos de tu organización post COVID-19.
Julio Ernesto Pérez.